
Mis Emociones Sujetas al Espíritu Santo
Salmos 142.1-3
Clamo al SEÑOR; ruego la misericordia del SEÑOR. Expongo mis quejas delante de Él y le cuento todos mis problemas. Cuando me siento agobiado, sólo tú sabes qué camino debo tomar. Vaya adonde vaya, mis enemigos me han tendido trampas.
Durante estos días he tratado de llevarte paso a paso para que logres comprender la importancia de nuestro cuerpo y la conexión que existe con nuestra mente.
Cuidar nuestros pensamientos es tan importante ya que Salomón nos dice:
Proverbios 23.7 dice: Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.
La mente es tan tremenda que guarda muchos recuerdos, aunque muchas veces no podamos recordarlos allí están.
Aunque estamos consientes que muchas veces nuestras emociones y pensamientos nos traicionan debemos de recordar que Dios nos creó para sentir y expresar las emociones pero Satanás busca empujarnos a un extremo, mezcla emociones falsas con la obra del Espíritu de Dios. De esta manera engaña y arruina eternamente a muchos, no obstante, cuando las consecuencias de estas emociones falsas se hacen aparentes, Satanás cambia su estrategia, y busca persuadirnos de cerrar nuestros corazones a todo lo espiritual.
Dios nos hizo seres emocionales, con nuestras emociones podemos honrarle a Él o hacernos daño a nosotros mismos y a los que nos rodean, en esto radica la importancia de someterlas al Espíritu Santo.
Todas nuestras emociones afectan nuestro cuerpo, es por eso que el Espíritu Santo se regocija cuando nosotros tomamos la decisión de poner en Él, todas y cada una de ellas, nos consuela, nos apoya y nos enseña que por ejemplo el dolor no es eterno sino que, es pasajero y nos ayuda a madurar y crecer.
Los resultados son visibles en nuestro cuerpo, ya que, las emociones tóxicas dejan de formar parte de nuestra vida, aprendemos a ver las circunstancias desde otro punto de vista. La perspectiva a través de la cual vemos las cosas, es una perspectiva divina dirigidos por el Espíritu Santo. Él siempre sabe lo que realmente nos pasa. ¿Pero sabes algo? Dios nunca se enoja por lo que sentimos. Eso sí, se preocupa mucho por el daño que las emociones pueden causar en nosotros y en otros.
Creo que algunas de las cosas difíciles que estas viviendo tienen que ver con el poco control que le has dado al Espíritu Santo sobre tu emociones.
Alguna vez has cortado la maleza del patio de tu casa o de algún otro lugar, has notado que de nada sirve pasar por encima el machete o el corta césped porque esto solo significa que cuando caigan las primeras lluvias volverán a surgir, de la misma manera son ciertos síntomas físicos. Hacemos lo que podemos para librarnos del dolor o los males. Tarde que temprano vuelven, tomamos nuevamente píldoras, pero el problema vuelve y volvemos a tomar medicamentos. Los daños emocionales solo Dios puede sanarlos, y Él no deja cicatrices, te sugiero que dejes que el Espíritu Santo tome su lugar en tu corazón.
Sabías que cuando el estrés se manifiesta en alguien lo hace por medio de dolores de cabeza, problemas digestivos o erupciones cutáneas y si no tratamos el estrés desde la raíz, estos síntomas se pueden volver crónicos. Las emociones mal enfocadas provocan: Insomnio, perdida o aumento de peso, dolores musculares especialmente en la espalda y las piernas, sensación de agotamiento, nuestro cerebro no carbura de manera rápida, se pierde la ambición y se agotan las energías. Y esto es solamente una emoción mal tratada. Ahora imagínate lo que puede provocar la amargura, la ira, la falta de perdón. En serio, entrégale a Dios tu mente, corazón y tu alma.
Quiero dejarte esta historia por aquí: Un hombre quería sorprender a su esposa con un regalo de aniversario, para eso compro un terreno en medio de un bosque cerca de un rio cristalino, era hermoso el lugar. El objetivo era regalarle una cabaña, por eso todos los fines de semana el viajaba a ese lugar y talaba árboles para construir esa hermosa cabaña que quería regalarle a su esposa.
Un día ya casi para que llegará su aniversario, cortando un árbol, no midió la distancia, el árbol cayo sobre él, quedo inconsciente por varias horas, cuando despertó sintió un gran dolor, su pierna había quedado prensada bajo el pesado tronco, hizo todo el esfuerzo por salir, pero entre mas se jalaba su pierna se desprendía, desesperado, casi agonizando por tanta sangre que estaba perdiendo tuvo que tomar una decisión. VIVIR O MORIR. Para esto él debía tomar la decisión tenia que arrancar de su cuerpo su pierna, entonces, tomo una navaja que tenia en la bolsa de su camisa, rompió su pantalón y la piel desgarrada, tendones y su hueso al descubierto empezó a cortar tendón por tendón, el dolor era mucho pero era la única manera de sobrevivir. Su pierna quedo bajo ese árbol, pero el vivió.
Tú tienes el control, VIVIR O MORIR, corta aquello que te esta desangrando, aquello que esta destruyéndote, decide y permite que el Espíritu Santo con su amor te liberé.
Afirmación del día: Hoy te entrego todas aquellas emociones que me están autodestruyendo, quiero que tomes el control de mi vida…Quiero Vivir, por ti y para ti.