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                  2 Timoteo 3.10-11

 

Pero tú has seguido mi doctrina,  conducta,  propósito,  fe,  longanimidad,  amor,  paciencia,   persecuciones,  padecimientos…

 

Cuando hablamos de códigos, nos referimos a esos puntos que son sobresalientes y de gran importancia que arrojan luz sobre los asuntos doctrinales, son principios de la vida ministerial que forjan la conducta y los valores de aquellos que son representantes de Cristo en la Tierra.

 

El Dios Trino

 

Creemos en un solo Dios eternamente existente e infinito, Soberano del Universo; que sólo El es Dios, creador y administrador, santo en naturaleza, atributos y propósito; que El, como Dios, es trino en su ser esencial, revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

(Génesis 1; Levítico 19:2; Deuteronomio 6:4-5; Isaías 5:16; 6:1-7; 40:18-31; Mateo 3:16-17; 28:19-20; Juan 14:6-27; 1 Corintios 8:6; 2 Corintios 13:14; Gálatas 4:4-6; Efesios 2:13-18)¹

 

COMENTARIO: La idea de Dios es intuitiva. Con esto quiero decir que la naturaleza humana es tal, que necesariamente desarrolla la idea de Dios por medio de la revelación (*), de la misma manera que la mente desenvuelve el conocimiento del mundo externo a través de la información que le proporcionan los sentidos.

 

(*) Es el descubrimiento que Dios hace de sí mismo a través de la naturaleza, en la constitución de la mente y a través de la historia humana.

 

Jesucristo

 

Creemos en Jesucristo, la Segunda persona de la Divina Trinidad; que el eternalmente es uno con el Padre; que se encarno por obra del Espíritu Santo y que nació de la virgen Maria, de manera que dos naturalezas enteras y perfectas, es decir, la Deidad y la humanidad, fueron unidas en una Persona, verdadero Dios y verdadero hombre, el Dios-hombre.

Creemos que Jesucristo murió por nuestros pecados, y que verdaderamente se levantó de entre los muertos y tomó otra vez su cuerpo, junto con todo lo perteneciente a la perfección de la naturaleza humana, con lo cual Él ascendió al cielo y está allí intercediendo por nosotros.

 

(Mateo 1:20-25; 16:15-16; Lucas 1:26-35; Juan 1: 1-18; Hechos 2:22-36; Romanos 8:3, 32-34; Gálatas 4:4-5; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:12-22; 1 Timoteo 6:14-16; Hebreos 1:1-5; 7;22-28; 9:24-28; 1 Juan 1:1-3;4:2-3; 15)

 

COMENTARIO: La Encarnación:-Este término se refiere al acto por el cual el eterno Hijo de Dios se hizo carne y vino como Jesús de Nazareth.

 

- La Encarnación fue una unión de la persona divina con la naturaleza humana. La naturaleza humana que asumió, adquirió personalidad por su unión con el. Se dice por tanto que el Redentor asumió la simiente de Abraham (Hebreos 2:16); y además fue llamado la simiente de la mujer (Génesis 3:15), y la simiente de David (Romanos 1:3)

 

- La Encarnación fue necesaria como base de la obra redentora de nuestro Señor.

 

Antes de la encarnación, el logos no pudo haber experimentado sentimientos humanos por cuanto no poseía un corazón humano. No era posible que Cristo tuviera una percepción finita, por cuanto no tenía un intelecto finito, pero después de la encarnación, él podía pensar como los demás pensaban.

 

La unión de estas dos naturalezas, fue necesaria a fin de que Cristo pudiera ser nuestro Sumo sacerdote misericordioso y fiel.

 

 El Espíritu Santo

 

Creemos en el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Divina Trinidad, que Él esta siempre presente y eficazmente activo en la Iglesia de Cristo y juntamente con ella, convenciendo al mundo de pecado, regenerando a los que se arrepienten y creen, santificando a los creyentes y guiando a toda verdad la cual está en Jesucristo.

 

(Juan 7:39; 14:15-18, 26; 16:7-15; Hechos 2:33; 15:8-9; Romanos 8:1-27; Gálatas 3:1-14; 4:6; Efesios 3:14-21; 1 Tesalonicenses 4:7-8; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 3:24; 4:13)

 

COMENTARIO: Definición de PERSONA. “Es un ser humano o suprahumano (ángel), que en su estado normal se caracteriza por tener conciencia de sí misma, libre albedrío y unicidad”  Real Academia Española.

 

Las Sagradas Escrituras

 

Creemos en la inspiración plenaria de las Sagradas Escrituras, por las cuales entendemos los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamentos, dados por inspiración divina, revelando infaliblemente la voluntad de Dios respecto a nosotros en todo lo necesario para nuestra salvación, de manera que no se debe imponer como Articulo de Fe ninguna enseñanza que no este en ellas.

 

(Lucas 24:44-47;   Juan 10:35;  1 Corintios 15:3-4;   2 Timoteo 3:15-17;   1 Pedro 1: 10-12;   2 Pedro 1:20-21)

 

COMENTARIO: La palabra griega “teopneustos”, significa literalmente respirado por Dios. Esto quiere decir que la Sagrada Escritura fue exhalada por Dios e inhalada por las mentes de los hombres.

 

Se han considerado tres grados de inspiración para las diferentes partes de la Biblia.

 

a).- La verdad eterna. Lo que el hombre jamás podría llegar a conocer por ninguna otra manera “inspirado en”, es decir; exhalado por Dios e inhalado por los corazones de los hombres.

 

b).- Dictadas palabras por palabras. (La ley dada a Moisés en el Sinaí)

 

c).- Administradas a los hombres bajo la dirección divina. Lo que ellos vivieron y escribieron. Documentos históricos.

 

El Pecado, Original y Personal

 

Creemos que el pecado entró en el mundo por la desobediencia de nuestros primeros padres, y la muerte por el pecado.

 

Creemos que el pecado es de dos clases: pecado original o depravación y pecado actual o personal.

 

Creemos que el pecado original, o depravación es aquella corrupción de la naturaleza de toda la descendencia de Adán, razón por la cual todo ser humano está muy apartado de la justicia original, o estado de pureza, de nuestros primeros padres al tiempo de su creación, es adverso a Dios, no tiene vida espiritual, esta inclinado al mal y esto de continuo. Además, creemos que el pecado original continua existiendo en la nueva vida del regenerado, hasta [ser desarraigado] que el corazón es totalmente limpiado por el bautismo con el Espíritu Santo.²

 

Creemos que el pecado original difiere del pecado actual, por cuanto constituye una propensión heredada al pecado actual de la que nadie es responsable, sino hasta que el remedio divinamente provisto haya sido menospreciado o rechazado.

 

Creemos que el pecado actual o personal es la violación voluntaria de una ley conocida de Dios, cometida por una persona moralmente responsable. Por tanto, no debe ser confundido con fallas involuntarias o inevitables, debilidades, faltas, errores, fracasos u otras desviaciones de una norma de conducta perfecta, los cuales son residuos de la caída. Sin embargo, tales efectos inocentes no incluyen actitudes o respuestas contrarias al Espíritu de Cristo, las que pueden llamarse propiamente pecados del espíritu. Creemos que el pecado personal es primordial y esencialmente una violación de la ley del amor; y que en relación con Cristo, el pecado puede definirse como incredulidad.

 

(Pecado Original: Génesis 3; 6:5; Job 15:14; Salmos 51:5; Jeremías 17:9-10; Marcos 7:21-23; Romanos 1:18-25; 5:12-14; 7:1- 8:9; 1 Corintios 3:1-4; Gálatas 5:16-25; 1 Juan 1:7-8)

 

(Pecado Personal: Mateo 22:36-40 [con 1Juan 3:4]; Juan 8:34-36; 16:8-9; Romanos 3:23;6:15-23; 8:18-24; 14;23; 1 Juan 1:9 __ 2:4; 3:7-10)

 

COMENTARIO: ¿Cómo se transmite el pecado original? Por años se ha aceptado, que el pecado original lo transmitimos nosotros de generación a generación (modo genético).

 

Es la ley de la vida orgánica en el sentido de que todo reproduce su propia especie, y esto no solo por lo que se refiere a la estructura anatómica y características físicas, sino por lo que respecta a la vida mental y al carácter. La ley de la descendencia genética determina la semejanza de los descendientes hacia los padres.

 

El hombre no es responsable de la naturaleza depravada con la que nace. Viene a ser responsable sólo después de que ha rechazado el remedio provisto por la sangre expiatoria.

 

La corrupción se extiende al cuerpo y al alma.

 

La depravación  de la naturaleza espiritual puede ser removida por el Espíritu Santo, pero las flaquezas de la carne pueden ser removidas solamente en la resurrección y glorificación del cuerpo.” (Introd. a la Teol. Orton Wiley. Pág.202)

 

La Expiación ²

 

Creemos que Jesucristo, por sus sufrimientos, por el derramamiento de su preciosa sangre, y por su muerte [meritoria] en la cruz, hizo una expiación plena por todo el pecado de la humanidad, y que esta expiación es la única base de la salvación y que es suficiente para todo individuo de la raza de Adán. La expiación es misericordiosamente eficaz para la salvación de los irresponsables y para los niños en su inocencia, pero para los que llegan a la edad de responsabilidad, es eficaz para su salvación solamente cuando se arrepienten y creen.

 

(Isaías 53:6-6,11; Marcos 10:45; Lucas 24:46-48; Juan 1:29; 3:14-17; Hechos 4:10-12; Romanos 3:21-26; 4:17-25; 5:6-21; 1 Corintios 6:20; 2 Corintios 5:14-21; Gálatas 1:3-4; 3:13-14; Colosenses 1:19-23; 1 Timoteo 2:3-6; Tito 2:11-14; Hebreos 2:9; 9:11-14; 13:12; 1 Pedro 1:18-21; 2:19-25; 1 Juan 2:1-2)

 

COMENTARIO: La palabra expiación aparece solamente una vez en el N:T. (Rom. 4:11). El termino griego “catalaguin” aparece frecuentemente aún cuando por lo general se traduce en reconciliación. El término hebreo que se usa en el A. T. es “kaphar” que significa “cubrir” o “esconder”.

 

El Libre Albedrío. La Gracia Preveniente ²

 

Creemos que la creación de la raza humana a la imagen de Dios, incluyo la capacidad de escoger entre el bien y el mal y que, por  tanto, los seres humanos fueron hechos moralmente responsables; que por medio de la caída de Adán llegaron a ser depravados, de tal modo que ahora no pueden, por sus propias fuerzas naturales y obras, tornar y prepararse para la fe y para invocar a Dios. Pero también creemos que la gracia de Dios, por medio de Jesucristo, se concede gratuitamente a todas las personas, capacitando, a todos los que quieran, para tornar del pecado a la justicia, para creer en Jesucristo y recibir perdón y limpieza del pecado, y para seguir las buenas obras agradables y aceptas a la vista de Él.

 

Creemos que toda persona, aunque posea la experiencia de la regeneración y de la entera santificación, puede caer de la gracia y apostatar y, a menos que se arrepienta de sus pecados, se perderá eternamente y sin esperanza.

 

COMENTARIO: La gracia previniente se refiere a las muchas maneras  en la que Dios se manifiesta con el fin de ayudarnos a ser salvos. Dios es el que toma la iniciativa en el plan de salvación. Nos busca a través de su Espíritu Santo, capacitándonos a volvernos a El. El hombre por sí sólo no puede buscar a Dios, por lo tanto necesita de la ayuda de Dios.

 

(Semejanza divina y responsabilidad moral: Génesis 1:26-27; 2:16-17; Deuteronomio 28:1-2; 30:19; Josué 24:15; Salmos 8:3-5; Isaías 1:8-10; Jeremías 31:29-30; Ezequiel 18:1-4; Miqueas 6:8; Romanos 1:19-20; 2:1-16; 14:7-12; Gálatas 6:7-8).

 

Incapacidad natural: Job14:4; 15:14; Salmos 14:1-4; 51:5; Juan 3:6ª; Romanos 3:10-12; 5:12-14, 20ª; 7:14-25.

 

Don de gracia y obras de fe: Ezequiel 18:25-26; Juan 1:12-13; 3:6b; Hechos 5:31; Romanos 5:6-8, 18; 6:15-16,23; 10:6-8; 11:22; 1 Corintios 2:9-14; 10:1-12; 2 Corintios 5:18-19; Gálatas 5:6; Efesios 2:8-10; Filipenses 2:12-13; Colosenses 1:21-23: 2 Timoteo 4:10ª; Tito 2:11-14; Hebreos 2:1-3; 3:12-15; 6:4-6; 10:26-31; Santiago 2:18-22; 2 Pedro 1:10-11; 2:20-22)

 

El Arrepentimiento

 

Creemos que el arrepentimiento, que es un cambio sincero y completo de la mente respecto al pecado, con el reconocimiento de culpa personal y la separación voluntaria del pecado, se exige de todos los que por acción o propósito, han llegado a ser pecadores  contra Dios. El Espíritu de Dios da a todos los que quieran arrepentirse la ayuda benigna de la contrición de corazón y la esperanza de misericordia, para que puedan creer a fin de recibir perdón y vida espiritual.

 

(2 Crónicas 7:14; salmos 32:5-6; 51:1-17; Isaías 55:6-7; Jeremías 3:12-14; Ezequiel 18:30-32; 33:14-16; Marcos 1:14-15; Lucas 3:1-14; 13:1-5; 18:9-14; Hechos 2:38; 3:19; 5;31; 17:30-31; 26:16-18; Romanos 2:4; 2 Corintios 7:8-11;   1 Tesalonicenses 1:9; 2 Pedro 3:9).

 

DEFINICIONES:

 

a).- Juan Wesley: “Por arrepentimiento quiero decir convicción de pecado, produciendo deseos reales y decisión sincera de corrección”

 

b).- Watson: “El arrepentimiento evangélico es una tristeza santa efectuada en el corazón del pecador por la palabra del Espíritu de Dios, por medio de la cual, con tristeza y odio por sus pecados cometidos, se vuelve del pecado ofensivo a Dios, que arruina y pone en peligro su propia alma, y por una comprensión de las misericordias de Dios en Cristo, a Dios como su Salvador y Señor”

 

La Justificación, la Regeneración y la Adopción

 

Creemos que la justificación es aquel acto benigno y judicial de Dios, por el cual Él concede pleno perdón de toda culpa, la remisión completa de la pena por lo pecados cometidos y la aceptación como justos de los que creen en Jesucristo y lo reciben como Salvador y señor.

 

Creemos que la regeneración, o nuevo nacimiento, es aquella obra misericordiosa de Dios, por lo cual la naturaleza moral del creyente arrepentido es vivificado espiritualmente y recibe una vida distintivamente espiritual, capaz de experimentar fe, amor y obediencia.

 

Creemos que la adopción es aquel acto benigno de Dios, por el cual el creyente justificado y regenerado se constituye en hijo de Dios.

 

creemos que la justificación, la regeneración y la adopción son simultáneas en la experiencia de los que buscan a Dios y se obtienen por el requisito de la fe, precedida por el arrepentimiento; y que el Espíritu Santo da testimonio de esta obra y estado de gracia.

 

(Lucas 18:14; Juan 1:12-13; 3:3-8; 5:24; Hechos 13:39; Romanos 1:17; 3:21-26, 28;4:5-9,17-25;5:1, 16-19;6:4; 7:6; 8:1, 15-17; 1 Corintios 1:30; 6:11; 2 Corintios 5:17-21; Gálatas 2:16-21; 3:1-14, 26; 4:4-7; Efesios 1:6-7; 2:1, 4-5; Filipenses 3:3-9; Colosenses 2:13; Tito 3:4-7; 1 Pedro 1:23; 1 Juan 1:9; 3:1-2,9; 4:7; 5:1, 9-13,18)

 

DEFINICIONES:

 

a).- Justificación: El doctor Bunting da la siguiente definición: “Justificar a un pecador es considerarlo como relativamente justo; y tratar con él como tal sin hacer caso de su falta de rectitud anterior, absolviéndolo, libertándolo por sobre todos los castigos penales variados, y especialmente de la ira de Dios, y de la posibilidad de la muerte eterna, que por sus injusticias pasadas merecía; y aceptándolo como si fuera justo, y admitiéndolo a los estados, privilegios, y recompensas de la justicia”

 

b).- Regeneración: Juan Wesley dice “ es aquél gran cambio que Dios obra en el alma cuando la trae a la vida; cuando la resucita de la muerte del pecado a  la vida de la justicia.  Es el cambio efectuado en el alma total por el Espíritu Todopoderoso de Dios, cuando es creada de nuevo en Cristo Jesús; cuando es renovada de acuerdo con la imagen de Dios en justicia y en verdadera santidad”

 

c).-  Adopción:  La adopción es el acto declaratorio de Dios por el cual después de haber sido justificado por la fe en Cristo Jesús, somos recibidos en la familia de Dios y reinstalados en los privilegios de la filiación.

 

La Entera Santificación

 

Creemos que la entera santificación es aquel acto de Dios subsecuente a la regeneración, por el cual los creyentes son hechos libres del pecado original, o depravación, y son llevados a un estado de entera devoción a Dios y a la santa obediencia de amor hecho perfecto.

 

Es efectuada por el bautismo con el Espíritu Santo y encierra en una sola experiencia la limpieza del corazón de pecado, y la presencia permanente del Espíritu Santo, dando al creyente el poder necesario para la vida y servicio.

 

La entera santificación es provista por la sangre de Jesús, es efectuada instantáneamente por fe, y es precedida por la entera consagración; y el Espíritu Santo da testimonio de esta obra y estado de gracia.

 

Esta experiencia se conoce también con varios nombres que representan sus diferentes fases, tales como “perfección cristiana”, ”amor perfecto”, ”pureza de corazón”, ”bautismo con el Espíritu Santo”, ”Plenitud de la bendición” y ”santidad cristiana”.

 

Creemos que hay una distinción clara entre el corazón puro y el carácter maduro. El primero se obtiene instantáneamente como resultado de la entera santificación; el segundo es resultado del crecimiento en la gracia.

 

Creemos que la gracia de la entera santificación incluye el impulso para crecer en la gracia. Sin embargo, este impulso se debe cultivar conscientemente, y se debe dar atención cuidadosa a los requisitos y procesos del desarrollo espiritual y mejoramiento de carácter y personalidad en semejanza a Cristo. Sin ese esfuerzo con tal propósito, el testimonio de uno puede debilitarse, y la gracia puede entorpecerse y finalmente perderse.

 

(Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:25-27; Malaquías 3:2-3; Mateo 3:11-12; Lucas 3:16-17; Juan 7:37-39; 14:15-23; 17:6-20; Hechos 1:5; 2:1-4; 15:8-9; Romanos 6:11-13, 19:8:1-4, 8-14; 12:1-2; 2 Corintios 6:14__7:1; Gálatas 2:20; 5:16-25; Efesios 3:14-21; 5:17-18,25-27; Filipenses 3:10-15; Colosenses 3:1-17; 1 Tesalonicenses 5:23-24; Hebreos 4:9-11; 10:10-17; 12:1-2; 13:12; 1 Juan 1:7,9)

 

Perfección cristiana,”amor perfecto”: Deuteronomio 30:6; Mateo 5:43-48;22:37-40; Romanos 12:9-21; 13:8-10;     1 Corintios 13; Filipenses 3:10-15; hebreos 6:1; 1 Juan 4:17-18 “Pureza de corazón”: Mateo 5:8; Hechos 15:8-9; 1 Pedro 1:22; 1 Juan 3:3

 

Bautismo con el Espíritu Santo: Jeremías 31:31-34; Ezequiel 36:25-27; Malaquias 3:2-3; Mateo 3:11-12; Lucas 3:16-17; Hechos 1:5; 2:1-4; 15:8-9.

 

DEFINICIÓN: Juan Wesley define: “La santificación en el sentido propio es una libertad instantánea de todo pecado, e incluye un poder instantáneo dado en ese momento para permanecer unido a Dios”

 

La Iglesia

 

Creemos en la iglesia, la comunidad que confiesa a Jesucristo como Señor, el pueblo del pacto de Dios renovado en Cristo, el cuerpo de Cristo llamado a ser uno por el Espíritu Santo mediante la palabra.

 

Dios llama a la iglesia a expresar  su vida en la unidad y comunión del Espíritu; en adoración por medio de la predicación de la Palabra, en la observancia de los sacramentos y al ministrar en su nombre; por la obediencia a Cristo y la responsabilidad mutua.

 

La misión de la iglesia en el mundo es continuar la obra redentora de Cristo con el poder del Espíritu, mediante una vida santa, la evangelización, el discipulado y el servicio.

 

La iglesia es una realidad histórica que se organiza en formas culturalmente adaptadas; existe tanto como congregaciones locales y como cuerpo universal; aparta a personas llamadas por Dios para ministerios específicos. Dios llama a la iglesia a vivir bajo su gobierno en anticipación de la consumación en la venida de nuestro Señor Jesucristo.

 

(Éxodo 19:3; Jeremías 31:33; Mateo 8:11; 10:7; 16:13-19, 24; 18:15-20; 28:19-20; Juan 17:14-26; 20:21-23; Hechos 1:7-8; 2:32-47; 6:1-2; 13:1; 14:23; Romanos 2:28-29; 4:16; 10:9-15; 11:13-32; 12:1-8; 15:1-3; 1 Corintios 3:5-9; 7:17;11:1, 17-33; 12:3, 12-31; 14:26-40; 2 Corintios 5:11__6:1; Gálatas 5:6, 13-14; 6:1-5, 15; Efesios 4:1-17; 5:25-27; Filipenses 2:1-16; 1 Tesalonicenses 4:1-12; 1 Timoteo 4:13; Hebreos 10:19-25; 1 Pedro 1:1-2, 13; 2:4-12,21; 4:1-2,10-11; 1 Juan 4:17; Judas 24; Apocalipsis 5:9-10)

 

IGLESIA: La palabra “iglesia” tal como se encuentra en el Nuevo Testamento viene del término griego “ecclesía”, y en su connotación simple significa una asamblea o un cuerpo de “llamados”. La iglesia cristiana es por tanto la asamblea de los llamados, compuesta de los  hijos divinamente adoptados por Dios

 

El Bautismo

 

Creemos que el bautismo cristiano, ordenado por nuestro Señor, es un sacramento que significa la aceptación de los beneficios de la expiación de Jesucristo, que debe administrarse a los creyentes, y que declara su fe en Jesucristo como su salvador, y su pleno propósito de obediencia en santidad y justicia. 

 

Siendo el bautismo un símbolo del nuevo pacto, se puede bautizar a niños pequeños, a petición de sus padres o tutores, quienes prometerán la enseñanza cristiana necesaria.

 

El bautismo puede ser administrado por aspersión, afusión o inmersión, según la preferencia del candidato.

 

(Mateo 3:1-7; 28:16-20; Hechos 2:37-41; 8:35-39; 10:44-48; 16:29-34; 19:1-6; Romanos 6:3-4; Gálatas 3:26-28; Colosenses 2:12; 1 Pedro 3:18-22)

 

DEFINICIÓN: El Dr. Pope define de manera concisa el bautismo como “el derecho ordenado  por nuestro Señor como señal de admisión a la Iglesia, y el sello de unión con El mismo y la participación en las bendiciones del pacto cristiano”

 

La Santa Cena

 

Creemos que la Cena Conmemorativa y de Comunión instituida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, es esencialmente un sacramento del Nuevo Testamento, que declara su muerte expiatoria, por cuyos meritos los creyentes tienen vida y salvación, y la promesa de todas las bendiciones espirituales en Cristo. Es distintivamente para aquellos que están preparados para apreciar con reverencia su significado, y por ella anuncian la muerte del Señor hasta que Él venga otra vez. Siendo la fiesta de Comunión, solo aquellos que tienen fe en Cristo y amor para los santos, deben ser llamados a participar en ella.

 

(Éxodo 12:1-14; Mateo 26:26-29; Marcos 14:22-25; Lucas 22:17-20; Juan 6:28-58; 1 Corintios 10:14-21; 11:23-32)  

 

La Sanidad Divina

 

Creemos en la doctrina bíblica de la sanidad divina e instamos a nuestra feligresía a buscar oportunidad para hacer oración de fe para la sanidad de los enfermos. Creemos también que Dios sana a través de las agencias de la ciencia medica.

 

(2 Reyes 5:1-19; Salmos 103:1-5; Mateo 4: 23-24; 9:18-35; Juan 4:46-54; Hechos 5:12-16; 9:32-42; 14:8-15;           1 Corintios 12:4-11; 2 Corintios 12:7-10; Santiago 5:13-16)

 

La Segunda Venida de Cristo

 

Creemos que el Señor Jesucristo vendrá otra vez; que los que vivamos en el momento de su venida, no procederemos a los que durmieron en Cristo Jesús; mas si hemos permanecido en Él, seremos arrebatados con los santos resucitados para reunirnos con el Señor en el aire, y estaremos siempre con Él.

 

(Mateo 25:31-46; Juan 14:1-3; Hechos 1:9-11; Filipenses 3:20-21; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Tito 2:11-14; Hebreos 9:26-28; 2 Pedro 3:3-15; Apocalipsis 1:7-8; 22:7-20)

 

La Resurrección, el Juicio y el Destino

 

Creemos en la resurrección de los muertos, que los cuerpos tanto de los justos como de los injustos serán resucitados y unidos con sus espíritus los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

 

Creemos en el juicio futuro  en el cual toda persona comparecerá ante Dios para ser juzgada según sus hechos en esta vida.

 

Creemos que a los que son salvos por creer en Jesucristo nuestro Señor y le siguen en obediencia, se les asegura la vida gloriosa y eterna; y que los que permanezcan impenitentes hasta el fin, sufrirán eternamente en el infierno.

 

(Génesis 18:25; 1 Samuel 2:10; Salmos 50:6; Isaías 26:19; Daniel 12:2-3; Mateo 25:31-46; Marcos 9:43-48; Lucas 16:19-31; 20: 27-38; Juan 3:16-18; 5:25-29; 11:21-27; Hechos 17:30-31; Romanos 2:1-16; 14:7-12; 1 Corintios 15:12-58; 2 Corintios 5:10; 2 Tesalonicenses 1:5-10; Apocalipsis 20:11-15; 22:1-15)

 

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