top of page

P a c i e n c i a

 

Uno de nuestros puntos fuertes en la doctrina es la de no pagar mal por mal, ni utilizar el dedo acusador, sino la restauración bajo el código de honor de nuestro Señor Jesucristo.

 

La paciencia es tolerancia, no pagar con la misma moneda, es firmeza, capacidad de soportar, sin quejas.

Es el saber esperar hasta que se cumpla el plan de Dios para mi vida. El que es paciente, hace las tareas de todos los días, lo que olvidó y las más difíciles, sin quejas y como sirviendo al Señor.

 

La paciencia se va forjando, va madurando a través de las circunstancias que Dios permite y la próxima nos resultará un poco más fácil (2 Pedro 1.2-8).

 

La paciencia puede tardar algo en madurar, en algunos más en otros menos (Santiago 5.7-8).

 

Algunos dicen: “No pidas a Dios que te dé paciencia, porque seguro que te mandará una prueba”. Pero de una manera u otra Dios permitirá que pasemos por su escuela para ir formándonos a la imagen de Jesús.

 

Pidamos a Dios que se cumpla su Voluntad en nuestras vidas, todo depende de qué actitud, tomemos ante cada circunstancia.

 

Ante la impaciencia, las mentiras de Satanás y una mente negativa, nuestra edificación y fe en Dios será destruida.

Pero ejercitando la paciencia, creyendo la verdad de Dios y una mente positiva seremos edificados y el fruto irá madurando.

 

Recordemos que Dios es el ejemplo máximo de paciencia, así que esperará y dispondrá todo hasta que cambiemos de actitud

bottom of page